acto esencial de la guerra es la destrucción, no necesariamente de vidas humanas, sino de los productos del trabajo de la gente. La guerra es un modo de hacer pedazos, lanzar a la estratosfera o hundir en las profundidades del mar materiales que podrían utilizarse para mejorar la vida de las masas y por tanto, a largo plazo, volverlas más inteligentes. Incluso cuando las armas no llegan a destruirse, su fabricación continúa siendo un modo muy práctico de utilizar la fuerza de trabajo sin producir nada que pueda consumirse.