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Liu Zhenyun

Yo no soy una mujerzuela

  • Itzelhas quoted13 minutes ago
    —Bueno, bajaré, pero será tu responsabilidad.

    —¿Qué responsabilidad?

    —No tengo ganas de ir a Pekín; ya gasté todo mi dinero y mi enfermedad sigue igual. Ya no tengo ganas de vivir. Si me bajas, no esperaré quince días: buscaré el primer árbol para colgarme.

    El policía estaba petrificado. Li Xuelian, mirando su placa, le dijo:

    —Memoricé tu placa. Escribiré en mi obituario que tú me llevaste al suicidio.
  • Itzelhas quoted18 minutes ago
    Dos cosas sin ninguna relación de pronto se entrelazaron sin remedio, y todo por unas cuantas palabras.
  • Itzelhas quoted19 minutes ago
    “Si pegas, evita la cara; si insultas, no saques a relucir los trapos sucios”
  • Itzelhas quoted19 minutes ago
    El asunto de Pan Jinlian inmediatamente superó en importancia al divorcio. Si ella era una Pan Jinlian, independientemente del divorcio, verdadero o falso, ¿quién se atrevería a desposarla? Si ella era una Pan Jinlian, entonces Qin Yuhe estaba en lo correcto, pues tenía derecho a hacer lo que le placiera. Li Xuelian, de ser demandante, se convertía en culpable y, por eso mismo, esas palabras le dolieron muchísimo. Ella fue a la fábrica de fertilizantes para enterrar el asunto, para después buscar otro marido e iniciar un futuro mejor. En cambio ahora, con la cruz de Pan Jinlian a cuestas, ya no sería posible iniciar una nueva vida. ¡¿Quién en este mundo se casaría con una Pan Jinlian?
  • Itzelhas quoted4 hours ago
    Lo único que deseaba era escuchar una sola palabra, escuchar que alguien en el mundo le dijera que ella tenía la razón, sólo así enterraría los tambores de guerra y lo olvidaría todo. Li Xuelian no tenía forma de aclarar el asunto ante los demás, pero sí ante sí misma. Lo necesitaba tanto para enterrar el pasado como para abrir una nueva página en el futuro.
  • Itzelhas quoted4 hours ago
    Nadie la comprendía, nadie le daba la razón; todo el mundo decía que el divorcio era auténtico, y la persona que sabía que era falso, que conocía todo el asunto y que la llevó a ese grado de desesperación, por lo que pasó siete días en la cárcel, no era otra sino su exmarido, Qin Yuhe. Quería preguntarle de frente si el divorcio del año anterior era de verdad o una mentira.
  • Itzelhas quoted4 hours ago
    —Hu, ¿todavía recuerdas lo que me dijiste hace un mes?

    —¿Qué te dije?

    —Que me ayudarías a matar a alguien.

    —Sí, claro que me acuerdo; pero tú insistías en golpearlo —respondió Hu sorprendido.

    —Entonces no quería matar, pero ahora sí.

    —Si se trata de matar, la condición es que primero nos acostemos.

    —Bueno.

    Hu, casi bailando de alegría, se acercó para tocarle los pechos.

    —¿Y cuándo me va a tocar? Hoy, ¿verdad?

    Li Xuelian le agarró la mano:

    —¿Sabes a quién hay que matar?

    —¿No se trata de Qin Yuhe?

    —Él sólo es uno de la lista.

    —¿Y quiénes son los otros? —preguntó el carnicero asustado.

    Li Xuelian sacó del bolsillo una lista llena de nombres
  • Itzelhas quoted4 hours ago
    —Ni parece que saliste de la cárcel, ¿cómo es que estás tan chapeada? —y agregó—: Además, vienes muy perfumada.

    —Me gustó la cárcel. Allí no te preocupas por nada, tienes tres comidas al día y hasta te las llevan —mintió Li Xuelian.
  • Itzelhas quoted5 hours ago
    —¿Qué tan grande puede ser ese problema para no tener solución? ¿Mató a alguien? ¿Provocó un incendio?

    —El asunto no llega ni al tamaño de un pedo. La mujer se divorció y luego se arrepintió. Creo que quiere dinero. Justo por ser algo insignificante es difícil interferir. Si hubiera matado o prendido fuego, las cosas serían más sencillas.

    —¿De qué condado viene? ¿Por qué allá no la atendieron?

    —La atendieron, pero no hace caso. Ahora está demandando a muchas personas.

    —¿A quiénes?

    —Pasó por todos los niveles y nadie pudo controlarla. Ahora quiere demandar al presidente de su condado, al presidente del Tribunal, al miembro especial del Tribunal, a un juez del Tribunal, a su exmarido y ya no recuerdo a quién más.
  • Itzelhas quoted5 hours ago
    Pero el coraje de Cai Fubang ni siquiera era por las trampas, sino por la estupidez del subordinado. Las promociones laborales no las decidía Cai Fubang, dependían del gobierno de la provincia. Si quieres ser alcalde, lo inteligente es apoyar al actual para que pronto sea ascendido y te deje el puesto. Si golpeas al jefe a sus espaldas, él será alcalde para siempre y tú te quedarás eternamente en el puesto de vicealcalde. ¿Qué es la corrupción? No sólo es aceptar sobornos, traficar influencias y meterse con todas las mujeres del mundo, la mayor corrupción es ocupar el puesto sin hacer el trabajo, y aún peor es hacer lo que Diao Chengxin: trabajar en contra.
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