Heist

La maldad puede venir envuelta en un paquete precioso, atrayente ante nuestros ojos, ¿o de qué otra forma caeríamos en ella?

Y eso fue suficiente para que mi madre cediera: si una mujer cocinaba era porque sabía cuál era su lugar como esposa según ella.

Es que mi madre aún no entendía el principio de que cuanto más se opusiera a algo, más curiosidad tendría?

La maldad puede venir envuelta en un paquete precioso, atrayente ante nuestros ojos, ¿o de qué otra forma caeríamos en ella?

Nunca entendería la moralidad por la que se regía la sociedad. Si algo te gusta, ¿por qué no puedes simplemente tomarlo? ¿Disfrutarlo? Si algo es mutuo y hay consentimiento, ¿cuál es el problema?

—Sí —respondió—. Supongo que aquel día en el tejado solo interrumpí algo y alargué un poco que tomara su desesperada decisión.

—Leigh —unas lágrimas silenciosas rodaron por sus mejillas—, necesito que tú, mis esposos y mis hijos entiendan que no hay nada que pudieran haber hecho para evitar esto. El único responsable está muerto y eso es lo que importa. Diles... —su voz se rompió— que son maravillosos y que yo me fui en paz, que no se martiricen, que no necesitaba ser salvada, no esta vez.

Me fallaron las piernas y caí sobre una rodilla. Mayne fue el primero en reaccionar y correr hacia ellos. Rhett comenzó a llorar abiertamente mientras Mayne revisaba con desespero el pulso de ella. Peerce no se movió, sus ojos enrojecieron de inmediato porque todos sabíamos que la vida había dejado su cuerpo hacía horas. Valter se golpeó el pecho una y otra vez como si no pudiera respirar.

«Estoy solo.»

«Y por primera vez en mi vida, me importa y me duele estar solo.»

—¿Quién necesita flores, cenas románticas u osos de peluche cuando tienes a alguien que mataría por ti sin dudarlo ni un segundo?