“Para Mishima «La nieve parecía un sucio vendaje que ocultaba las heridas abiertas de la ciudad” y esa nieve cae como un mantra sobre los cuerpos que escarba Zúñiga. Visuales y situados entre el deshielo y el incendio de Santiago, maravillados y expectantes en una voz que delira hacia el discurso político, estos poemas largos denuncian las fuerzas apocalípticas del abuso del capital. El poeta resiste «con ojos musgos / y el pecho quebrado” gracias al diálogo con su hijo y a los recuerdos de una infancia que, en paralelo a la dictadura, tenía su propia lucha titánica en la pantalla, dentro del robot Mazinger. Aquel lo piloteaba alguien que también debió sentirse “Cansado de ir conmigo a todas partes” sobrevolando los ríos épicos del paisaje y la mecánica como si fueran uno, porque la realidad cruda y la ciencia ficción se besan entre el bien y el mal, aquí, a la vuelta de la esquina.
Enrique Winter (poeta)