El alcoholismo puede llevar a la locura y, en casos extremos, a la muerte, debido a los efectos devastadores del consumo excesivo de alcohol en el cerebro y otros sistemas del cuerpo. El consumo crónico de alcohol puede causar daño cerebral permanente, trastornos mentales como la psicosis alcohólica, y aumenta el riesgo de enfermedades mortales como cirrosis hepática y enfermedades cardíacas. Además, la intoxicación aguda por alcohol puede provocar coma y la muerte si no se trata a tiempo.