El Cuarto Paso en muchos programas de recuperación —como los Doce Pasos de
Alcohólicos Anónimos y otros caminos de desarrollo espiritual o emocional— invita a
“hacer un minucioso y valiente inventario moral de nosotros mismos”. Esta sencilla frase
encierra una de las prácticas más profundas y desafiantes del crecimiento personal: mirar
hacia adentro con honestidad radical, sin máscaras ni autoengaños, para conocer quiénes
somos realmente, qué nos ha movido, qué heridas llevamos, y qué responsabilidades hemos
evitado asumir.
Hacer un inventario moral es mirarnos por dentro con sinceridad. Es como revisar los
rincones de nuestra vida: nuestras acciones, pensamientos, errores, miedos, resentimientos
y heridas. No se trata de castigarnos ni de ver solo lo malo, sino de hacer un balance
honesto para entendernos mejor.
La palabra "honesto" es clave. Significa que no debemos mentirnos, ni exagerar nuestras
fallas, ni justificar lo que hicimos mal. Ser honesto