Uno de los conceptos fundamentales que Hill presenta es que "los pensamientos son cosas". Este principio establece que todo logro comienza con una idea clara y un deseo ardiente de convertirla en realidad. Hill enfatiza que no basta con desear algo superficialmente; es necesario tener una obsesión persistente por alcanzar ese objetivo, acompañada de una fe inquebrantable y una planificación organizada. A través de la autosugestión y la persistencia, uno puede influir en su subconsciente para mantener el enfoque en la meta deseada, superando obstáculos y resistiendo las influencias negativas. Este enfoque mental es esencial para transformar una idea intangible en resultados tangibles y exitosos.