La historia de la humanidad, al igual que la historia individual de cada persona, está tejida
por grandes transformaciones: revoluciones sociales, descubrimientos científicos, logros
personales impresionantes. Sin embargo, detrás de cada uno de estos grandes cambios se
oculta un origen mucho más humilde y discreto: una pequeña decisión. No una tormenta de
circunstancias extraordinarias, no un golpe de suerte descomunal, sino un instante casi
imperceptible en el que alguien eligió actuar de una forma distinta. Todo gran cambio
comienza, inevitablemente, con una pequeña decisión.
El primer paso de cualquier transformación suele parecer irrelevante cuando ocurre. Puede
ser la decisión de leer un libro en lugar de mirar televisión, de hacer una pregunta incómoda
en una conversación, de salir a caminar cuando todo incita a permanecer estático. Estas
elecciones, vistas de manera aislada, no muestran de inmediato su verdadero poder. Y, sin
embargo, son estos momentos diminutos los que reescriben el curso de una vida.