No necesitas que te validen: aprendé a valorarte tú
mismo
La trampa invisible de la validación externa
Desde pequeños, muchos de nosotros fuimos condicionados a buscar la aprobación de los
demás. Nos premiaban cuando hacíamos lo “correcto” y nos corregían cuando nos
desviábamos del camino esperado. Así aprendimos, casi sin notarlo, a medir nuestro valor a
través de los ojos ajenos. Como si la imagen que los otros reflejaran de nosotros fuera más
real que la que construimos dentro.
Pero confiar en la validación externa es como caminar sobre un puente de cristal: frágil,
resbaladizo, siempre a punto de romperse.
¿Cuántas veces renunciaste a tu verdadera esencia solo por miedo a no ser aceptado?
Cada vez que buscas desesperadamente ser aprobado, te alejás un poco más de tu verdadero
yo.