Escribió crónicas. Escribió ensayos. Escribió narrativa. Textos biográficos. Y escribió un libro que amamos. Se llama “El género epistolar: Un homenaje a manera de carta abierta”. Todo eso hizo Carlos Monsivais, un emblemático promotor de la cultura mexicana y alguien que ligitimó, desde la academia, elementos como la caricatura, la lucha libre, las artesanías, el teatro y el cine. Un hombre de intereses diversos, un cronista indispensable de su país. En algún momento de su vida, en la década del 70, Monsivais fue invitado por la Universidad de Essex para dar clases. Esta carta es un pequeño fresco de esos días, en el que se mezclan el frío inglés, su impericia para la cocina y su admiración por la obra de Octavio Paz. Lee el actor y cantante Pedro Armenta.
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Querido José Luis: Aquí me tienes, muerto de frío, leyendo el día entero literatura mexicana, queriendo aprovechar el tiempo como si se tratase de la repartición de una herencia, con elterror de atender a la lavandería, de cocinarme el desayuno (que invariablemente consiste en la cima de mis capacidades domésticas: una taza de té) y de distribuir mis ingresos. Sé que fracasaré pero el intento es divertidísimo. Por lo demás, mi proyecto de trabajo va muy en serio (hasta el momento). Consiste en la preparación de dos libros, más o menos simultáneos. Uno, de ensayos sobre los escritores, las figurasmexicanas que me importan (de Vasconcelos a Revueltas, pasando por Reyes, Cuesta, Torri, Cabrera, etc.), ya lo tengo prácticamente escrito en una primer versión. El otro, sobre cultura nacional y cultura colonial, me parece muy difícil y estoy apenas allegándome bibliografía y tomando notas. Leo mucho (la biblioteca de Essex es magnífica). Ahora estoy con Altamirano y Payno. En la siguiente lista figuran Ramos, Zea, tú (me interesa mucho releer “La expresión nacional”), Octavio Paz. De éste he releído “El laberinto de la soledad” de un modo intenso: qué manera de construir una verdad literaria al margen de las inexactitudes o los graves errores de interpretación. Por lo demás, estos proyectos son lo más interesante que me ha ocurrido. Doy cuatro clases a la semana, hago una vida de austero cenobita y voy los weekends a Londres a ver cine. Una monotonía recompensante. Lo del “baño de anonimato” de que me hablabas, me está resultando genial. No tengo tiempo de nostalgias o depresiones,porque debo leer muchísimo y nadie me distrae porque nadie me conoce. Me hacía falta esta soledad y trataré, empecinadamente, de prolongar la estancia. Aunque el fisco inglés es mortífero. (...) Veo a Octavio Paz que está sensacional, irritante, estimulante, contradictorio, mudable y siempre alerta, inteligentísimo y obsesionado con México. Llega allá en enero; ojalá la Universidad lo asimile. Me imagino que están en el agobio: fin de sexenio y una situación política tensa y una atmósfera (por lo que se puede prever) untanto delirante. Pero tú siempre te las arreglas para seguir leyendo y seguir al día, acrecentando y conociendo a fondo esa biblioteca que es mi total envidia (y no envidia blanca). Te escribiré para consultarte dudas y plantearte sustracciones bibliográficas. No soy optimista: sé todo el trabajo que tienes encima. Pero, al menos, podré confiarle a alguien enterado el proceso de mis “investigaciones” y eso ya es bastante. Saludos infinitos a Lidia. Dile que ahora sí ya sé jugar Scrabble como príncipe. Ojalá vengan pronto a estas gélidas tierras. Un gran abrazo
Carlos