El arte de hacerse respetar

El honor, es decir, la opinión general de los demás, tiene como basamento último el presupuesto de que las personas nunca cambian, sino que permanecen para siempre las que son, y que, por lo tanto, se nos seguirán manifestando como alguna vez los conociéramos;

La fama debe ser primero conquistada, a saber, mostrando que se dispone de atributos que otros de la misma especie no poseen y que hacen que uno se destaque

Al igual que los actos de los demás relacionados con mi persona me resultan indiferentes a menos que me beneficien o perjudiquen, también su opinión, es decir, el honor, tiene algún valor sólo si posee esta última influencia

es normalmente nuestra verdadera naturaleza, y no la aparente, la que determina a la opinión general.

el buen nombre vale más que tener la bolsa llena de oro

Por lo tanto, la opinión de los demás posee valor sólo en cuanto determina, o puede determinar, cómo estos actúan respecto a mi persona; un valor, pues, meramente relativo.