Galicia, 1882.
Elisa viaja desde Madrid a Pedramorta, el pazo familiar que acaba de heredar tras la muerte de su tío. Su plan es simple: transformarlo en una casa de huéspedes y regresar cuanto antes a la capital. Pero todo cambia cuando el sargento Seara le revela que las circunstancias del fallecimiento son extrañas. El cadáver presenta indicios de rituales de brujería.
El pueblo murmura sobre la implicación de una meiga, una presencia maligna que habita el bosque tras el pazo. Entre secretos familiares, intrigas vecinales y pasiones ocultas, Elisa deberá enfrentarse a fuerzas que van más allá de la lógica. En Pedramorta, nada es lo que parece: el folclore y el misterio se entrelazan para ocultar una verdad que muchos desean mantener enterrada.